¿Alguna vez has sentido que el día no te alcanza para nada? Que vas corriendo de un lado a otro y, cuando te das cuenta, otro año ha pasado y te preguntas: ¿dónde se fue el tiempo? Reconozco que cada vez tengo de manera más recurrente este tipo de pensamientos; y si esto os suena familiar, entonces Séneca tiene algo que deciros.
En su obra “De la brevedad de la vida”, Séneca, filósofo estoico y una de las mentes más brillantes del mundo antiguo, reflexiona sobre una verdad incómoda: el tiempo no es que falte, es que lo desperdiciamos. En su obra, Séneca, nos invita a reconsiderar nuestras prioridades y a vivir plenamente. Séneca comienza desmontando una creencia muy extendida: la idea de que la vida es corta. Él dice que la vida, en realidad, es lo suficientemente larga para que podamos lograr grandes cosas, siempre y cuando no la malgastemos. El problema no es la duración del tiempo, sino cómo lo utilizamos.
Piénsalo: ¿cuánto tiempo pasamos preocupándonos por cosas fuera de nuestro control? ¿Cuántas horas dedicamos a distracciones que no nos aportan nada, como redes sociales, series interminables o conversaciones sin sentido? Séneca no habría tenido TikTok ni Netflix, pero su mensaje es igual de aplicable hoy. La vida no se mide en años, sino en la calidad con la que aprovechamos nuestros días.
A diferencia del dinero, la salud o los bienes materiales, el tiempo es un recurso irrecuperable. Lo curioso es que solemos ser más cuidadosos con nuestro dinero que con nuestro tiempo. ¿Cuántas veces dices que no a un gasto innecesario, pero dices que sí a un compromiso que no quieres atender o a un hábito que sabes que te roba tiempo? Séneca nos recuerda que el tiempo no es algo que podamos comprar o almacenar. Una vez que pasa, se ha ido para siempre. Y aquí viene la reflexión: ¿qué haces con tu tiempo?
En su obra, describe cómo las personas caen en diferentes trampas que les hacen malgastar su vida:
1. Perseguir riquezas y poder: Muchos dedican su vida a acumular bienes o buscar estatus, olvidando que el tiempo es más valioso que cualquier fortuna.
2. Preocupaciones innecesarias: Nos atormentamos por cosas que no podemos cambiar, lo que consume tiempo y energía que podríamos invertir en disfrutar el presente.
3. Rutinas vacías: Vivir en piloto automático, haciendo las mismas cosas día tras día, sin cuestionarnos si estamos realmente felices.
Una de las enseñanzas más profundas de Séneca es la importancia de vivir en el presente. Él critica cómo las personas se pierden entre el pasado y el futuro. Nos preocupamos por lo que ya no podemos cambiar o por lo que todavía no ha sucedido, olvidando que el único momento real es el ahora. Piensa en cuántas veces te has distraído durante una comida pensando en el trabajo, o has pasado un día entero lamentándote por algo que hiciste ayer. Cada vez que lo haces, estás entregando fragmentos de tu tiempo, y por ende de tu vida, a cosas que no puedes controlar. Para Séneca, vivir plenamente significa ser dueño de tu tiempo. Pero esto no es tan fácil como parece. En un mundo lleno de distracciones y obligaciones, ¿cómo podemos lograrlo?
A continuación me gustaría compartir contigo una serie de consejos prácticos para aprovechar el tiempo:
1. Define tus prioridades: Identifica qué cosas realmente importan en tu vida. Pueden ser tus relaciones, tu crecimiento personal o tus pasiones. Enfócate en ellas.
2. Aprende a decir no: Muchas veces sentimos que debemos aceptar cada invitación, cada proyecto o cada favor que nos piden. Séneca nos invita a proteger nuestro tiempo y dedicarlo a lo que realmente nos hace felices.
3. Establece límites claros: Bloquea tiempo para ti mismo. Puede ser para leer, aprender algo nuevo o simplemente descansar. No necesitas justificar este tiempo a nadie.
4. Elimina distracciones: Séneca no conoció las redes sociales, pero seguramente las habría incluido en su lista de “ladrones de tiempo”. Establece horarios para usar el teléfono o desconéctate por completo cuando sea necesario.
5. Practica la gratitud: Tomarte un momento para agradecer lo que tienes te ayuda a enfocarte en lo positivo y disfrutar el presente.
Otra de las preguntas que Séneca se hacía es, ¿qué significa vivir bien? Para Séneca, vivir bien no se trata de acumular logros materiales, sino de dedicarse a lo que realmente importa. Esto puede significar cosas diferentes para cada persona: cultivar relaciones significativas, aprender algo nuevo, disfrutar de la naturaleza o simplemente encontrar paz en el día a día. Lo importante es reflexionar sobre lo que valoras y asegurarte de que tu tiempo esté alineado con esos valores. ¿Estás dedicando tiempo a lo que realmente te importa, o estás dejando que otras prioridades te desvíen?
Recientemente, acabo de «redescubrir» a Fabian C Barrio (hacía tiempo que lo seguía en redes sociales), pero su maravilloso libro «Usted se encuentra aquí», me ha vuelto a «conectar» de nuevo con él. Para aquellos, que no lo conozcáis os invito a que escuchéis su canal de Youtube, con un sentido de humor brutal aborda temas filosóficos y pensamientos de la actualidad que te invitan a reflexionar. Como muestra os dejo uno de sus últimos vídeos donde habla también de las enseñanzas que nos dejó Séneca para abordar la gestión del tiempo y la brevedad de la vida. ¡Espero que lo disfrutéis.
Para ir terminar, quiero compartir una última refexión del mensaje de Séneca que es atemporal porque toca una verdad universal: la vida es un regalo, pero depende de nosotros aprovecharlo. Es momento de dejar de vivir con el piloto automático y, de empezar a tomar decisiones conscientes sobre cómo usamos nuestro tiempo. Así que la próxima vez que sientas que el día no te alcanza, detente un momento. Pregúntate: ¿estoy dedicando mi tiempo a lo que realmente importa? Y si la respuesta es no, recuerda que nunca es tarde para empezar a vivir de verdad. La vida puede ser tan larga como tú decidas hacerla. Solo necesitas dar el primer paso.