Los que seguís mis aventuras por estas latitudes ya sabéis que desde hace varios años voy practicando la meditación de manera regular, dado que me sirve para tener perspectiva y desconectar del día a día. Empecé hace años con la app Headspace y la práctica diaria antes de dormir se convirtió en rutina. Lamentablemente, al menos para mi salud, los últimos meses había reducido a casi cero la práctica diaria. Sin entrar en los motivos (dado que no viene al caso) de porqué dejé la meditación, lo que sí os puedo contar son las consecuencias que tuvo. En primer lugar, poco a poco fui perdiendo la calma que me suele caracterizar y cada vez estaba más nervioso y reactivo a detalles sin importancia, a la hora de tomar decisiones parecía que nunca tenía tiempo para nada y que iba con la soga al cuello, lentamente el stress fue creciendo y enfermaba más a menudo…hasta que un buen día tuve que parar porque mi cuerpo dijo basta.
Pasaron los meses y sin saber muy bien porqué cada vez llegaban a mis manos de manera recurrente artículos y libros sobre meditación, atención plena, mindfulness o como lo queráis llamar. Y por supuesto cada vez que leía algo sobre el tema disfrutaba como un niño…aunque la práctica se me seguía resistiendo y no sabría deciros los motivos. Un buen amigo me recomendó que viera los vídeos en Youtube de Enrique Simó y no lo dudé ni un momento. Tengo que reconocer que fue algo muy agradable e inspirador, empecé a seguir su blog y me gustó tanto que hasta me lancé a conocer a su hermano Guillermo Simó. Gracias a los hermanos Simó empecé poco a poco a meditar de nuevo, utilizando su app Medita. Fue un retorno suave que me permitió experimentar de nuevo sensaciones.
Y finalmente llegó el impulso definitivo…un día trasteando por youtube descubrí que Mario Alonso Puig es un asiduo practicante del mindfulness. A Mario lo tenía ubicado como un fantástico orador en temas de productividad, salud y ciencia. Hasta como escritor me había leído su novela «El guardián de la felicidad», la cual me pareció muy enriquecedora…pero no tenía ni idea de que sabía de meditación!
Y qué sorpresa la mía cuando escuché una ponencia suya sobre la materia. Me gustó muchísimo el enfoque teórico-práctico que aplica, porque no sólo explica los beneficios de la meditación, sino desde un punto de vista científico el porqué se producen estos beneficios, además hay que añadir que debido a su fabulosa puesta en escena, la charla no tiene desperdicio. ASí que me gustaría compartirla con vosotros y ojalá os sirva como punto de inflexión para iniciar o continuar en la práctica de la meditación.
Bien es cierto que la presentación se hace como presentación de su nuevo libro, pero esto no le resta un ápice a nada de lo que dice. De hecho a mi me ha convencido para leerlo, así que en breve os daré mis impresiones del libro 🙂