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Telescopios espaciales, el origen de la Vía Láctea y tiempo cósmico

11/03/2022

Reconozco que últimamente cada vez que leo, tanto en redes sociales como en diferentes medios de comunicación (online y offline), e independientemente de la temática que sea, me doy cuenta de que cada vez estrechamos más nuestro horizonte y nuestros puntos de vista. Seguramente, en esto juegue un rol importante el sesgo de confirmación por el que los algoritmos de los medios online nos muestran la información que refuerza nuestras opiniones, valores y puntos de vista. Por ello, hoy quiero compartir con vosotros algo radicalmente diferente, que nos haga por unos instantes, valorar la infinitud del espacio en el que habitamos y lo minúsculas (y no por ello poco importante) que son muchas veces nuestras preocupaciones diarias. Hoy vamos a indagar sobre el telescopios espaciales y el origen de nuestra isla cósmica en la que habita nuestro planeta Tierra, la Vía Láctea.

Cuando hablamos de telescopios, a todos se nos viene a la cabeza el Hubble lanzado en 1990. Y estos días, algunos les sonará el reciente lanzamiento (25 de diciembre de 2021) del nuevo súper telescopio James Webben colaboración con las principales agencias espaciales de varios países, que sustituye al Hubble. Uno de los principales objetivos del James Webb es observar algunos de los eventos y objetos más distantes del universo, así como la formación de las primeras galaxias. Desde el punto de vista científico y tecnológico, no tiene parangón con nada construido hasta la fecha, siendo lo más avanzado a día de hoy. Dentro de todos los avances que conlleva se puede destacar el espejo primario que está compuesto por 18 segmentos hexagonales que, combinados, crean un espejo con un diámetro de 6,5 metros (el del Hubble era de 2,4 metros). También es importante destacar que a diferencia del Hubble, que observa en los espectros ultravioletas cercanos, visibles e infrarrojos, el Jame Webb observa en la luz visible de longitud de onda larga (naranja a rojo) a través del rango del infrarrojo medio. Esto permitirá que el james Webb tenga más herramientas para realizar investigaciones a través de muchos campos de la astronomía. ​Algunas de los estudios que se podrán realizar en los próximos años serán la observación de las primeras estrellas y la formación de las primeras galaxias, se podrán tomar fotografías de nubes moleculares, grupos de formación estelar y otra serie de objetos que no podrían ser observados con otros telescopios anteriores.

Si queréis seguir los avances de este prometedor proyecto, os dejo la web habilitada por la NASA

Fuente: https://www.esa.int/Science_Exploration/Space_Science/Webb

El siguiente proyecto del que me gustaría hablaros es de Gaia, la sonda espacial lanzada por la ESA (Agencia Espacial Europea) el 19 de diciembre de 2013. A modo de resumen, el objetivo de este proyecto es la creación de un mapa tridimensional de las estrellas de nuestra galaxia, la Vía Láctea. A través de la observación espacial se está creando un censo estelar mediante los datos recabados que facilitará poder abordar una amplia gama de problemas importantes relacionados con el origen, estructura, y evolución e historia de la Vía Láctea. Hasta el momento se han analizado más de 1.800 estrellas de la Vía láctea. A mí personalmente, esto me parece maravilloso. Igual que todos tenemos (o hemos tenido) un globo terráqueo que se iluminaba por las noches, ahora ya podemos tener  un atlas detallado de nuestra galaxia con todas las estrellas y objetos celestes conocidos hasta la fecha; esto es simplemente fascinante y si no, a ver qué os parecen esta imagen:

Fuente: Gaia ESA Website

Por el momento la ESA ha recibido de la sonda tres lanzamientos de datos temprano (Early Data Release o EDR) en 2016, 2018 y 2020. Esto es, cuando la ESA recibe paquetes de información y datos con las observaciones realizadas por Gaia de la Vía Láctea. En el último EDR de 2020 denominado Gaia EDR3, permitió obtener un nuevo censo de estrellas de nuestro vecindario solar. Este nuevo censo de la Vía Láctea contiene 331.312 objetos, que se estima que constituyen el 92 % de las estrellas en un radio de 100 parsecs (326 años luz) del Sol…a mí me vuela la cabeza estos números.  Y si queréis ver un ejemplo flipante de lo que Gaia nos puede aportar, mirad el siguiente clip que os comparto. Son las órbitas de más de 70.000 estrellas girando alrededor del núcleo de la Vía Láctea y la simulación de sus órbitas durante los siguientes 500 millones de años…

Estamos viviendo una época convulsa, donde en apenas unos años hemos vivido una crisis económica, una pandemia sanitaria y actualmente vemos como se desarrolla una guerra en el corazón de Europa de consecuencias imprevisibles, tanto en el plano social como en el económico. Por ello, a veces es recomendable mirar hacia el cielo, y pensar sobre nuestra existencia en términos de «tiempo cósmico» para darnos cuenta que la media de una vida humana son 4.000 semanas (80 años), y que por lo tanto, tal como dijo el filósofo Heidegger en su obra «El origen de la obra de arte», somos una cantidad de tiempo limitado y que por lo tanto, la vida no es una obra de teatro en un escenario donde podemos desarrollar ensayos de prueba y error para perfeccionar la obra. Todo lo contrario, cada elección que tomemos requiere de innumerables sacrificios, y que el tiempo siempre se está agotando. De hecho, puede agotarse hoy, mañana o el próximo. mes. Así que no se trata simplemente de pasar cada día “como si” fuera el último. El punto es que siempre podría serlo.

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