- Las causas más importantes del cambio no se encuentran en los manifiestos políticos o en los pronunciamientos de economistas muertos, sino en los factores ocultos que alteran los límites donde se ejerce el poder.
- La clave para comprender cómo evolucionan las sociedades es comprender los factores que determinan los costos y las recompensas del uso de la violencia.
- En la era de la información, un “trabajo” será una tarea que hacer, no un puesto que “tienes”.
- La corrupción, el declive moral y la ineficiencia parecen ser rasgos característicos de las etapas finales de un sistema.
- La gran cantidad de nichos potenciales en los que vivimos requiere variaciones en el comportamiento que son demasiado complejas para ser informadas por el instinto. Por lo tanto, el comportamiento está culturalmente programado.
- Existe una sorprendente analogía entre la situación a fines del siglo XV, cuando la vida se había saturado por completo de religión organizada, y la de hoy, cuando el mundo se ha saturado de política.
- La estabilidad e incluso la supervivencia de los estados de bienestar occidentales depende de su capacidad para continuar extrayendo una gran fracción de la producción total mundial para redistribuirla a un subconjunto de votantes en los países de la OCDE. Esto requiere que los impuestos impuestos a los ciudadanos más productivos de los países actualmente ricos tengan un precio de tasas de supermonopolio, cientos o incluso miles de veces más altas que el costo real de los servicios que los gobiernos brindan a cambio.
- El aumento de los ingresos reales permitió a los gobiernos adoptar una estrategia que puso más recursos bajo su control. Pequeñas sumas extraídas de impuestos de millones podrían producir más ingresos que las grandes cantidades pagadas por unas pocas personas poderosas. Es más, era mucho más fácil tratar con los muchos que con los pocos, que por lo general no estaban dispuestos a regalar su dinero y estaban mucho mejor situados para resistir.
- La historia humana en su conjunto se ha caracterizado por una tendencia aparentemente inexorable hacia mayores niveles de complejidad, especialización y control sociopolítico.
- En el pasado, los rendimientos marginales fuertemente decrecientes han sido el preludio del colapso. El argumento de este libro es que la mayor capacidad de los individuos para proteger sus transacciones y sus activos de los impuestos depredadores implica una disminución en la redistribución de recursos, junto con un control social menos centralizado, menos regulación y regimentación y, en última instancia, devolución de territorio. Todos estos desarrollos se han manifestado históricamente en “colapso”.
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